Por Maryorie Guillen
El pasado 8 de setiembre se celebró el Día de la Familia en el Perú y recordando esa fecha, en el ajetreado mundo del periodismo, encontrar el equilibrio entre la pasión por la profesión y el amor con nuestro entorno más cercano, es un desafío que pocos logran superar. Robert Silva Fernández, con más de 30 años de trayectoria en el periodismo, nos muestra un ejemplo de cómo se puede conseguir. En la presente entrevista nos ofrece una visión integral de su trayectoria, desde los desafíos del periodismo en la calle hasta su experiencia difícil como decano del Colegio de Periodistas del Perú – Consejo Regional Arequipa, especialmente en momentos críticos como la pandemia del covid 19 en el año 2020. También nos revela cómo su dedicación a la profesión dejó huella en su vida familiar, sin embargo, descubrimos que, para él, la familia no solo se limita a su hogar, sino que también incluye a sus colegas y estudiantes, reflejando una visión integral de lo que significa ser parte de una comunidad profesional y personal. Su historia es un recordatorio de que, aunque el camino del periodismo puede ser exigente, el compromiso con la familia y la integridad profesional pueden coexistir y prosperar, pues siempre se muestra exigente con él mismo en su formación y por ello le permitió alcanzar el grado de doctor.
- ¿En su familia alguien ejerció el periodismo o sigue sus pasos?
Tengo un hijo que va a cumplir 33 y parece que la genética incide mucho en este tema. Él ha seguido publicidad y multimedia, es una carrera que estudió en la Universidad Católica de Santa María, es talentoso, especialmente para el diseño, lo que es por ejemplo la marca, marcas comerciales, el dibujo, la publicidad. Es hábil para ello y es parte de la comunicación, entonces creo que en ese sentido se encaminó a través de la genética y parte de la herencia implica mucho ello.
- ¿Algún familiar le inspiró a Ud. en su carrera periodística?
En primera instancia postulé a la universidad, estudiaba educación y fue muy importante. Complementé con ciencias de la comunicación, periodismo siempre me ha gustado toda mi vida y ya tengo más de 30 años ejerciendo la profesión. Estoy feliz y muchas veces lo he dicho en clases a los alumnos, que por mis venas circula adrenalina de pura información. Me gusta el riesgo y el peligro por conseguir una exclusiva. Trabajé muchísimo tiempo en calle en busca de información, encontrando situaciones que a veces impactaban, dejando marcas en la vida. Pero, soy feliz de esas experiencias que el periodismo me dejó a lo largo de mi carrera.
- ¿Su rol como periodista influyó en la relación con su familia?
Sí, porque el periodismo significa disciplina, responsabilidad, respeto, ser solidario, luchar inclusive por los tuyos y no solamente la familia, también por tus colegas, es por ello que llegué a ser decano del Colegio y del Bicentenario, en plena pandemia, cargo que con orgullo lo llevo en mi corazón. En esos días, vi como varios colegas murieron y contagiaron. Eran tiempos difíciles para el directorio y para quienes estábamos expuestos no era sencillo. Monitoreaba a través del celular a los colegas enfermos y para mala suerte cuando pedía información de un amigo delicado, lamentablemente me dijeron a través del teléfono que falleció. Es un momento de crisis emocional, tú lo has vivido, yo lo he vivido, pero así es la vida y hay que seguir adelante.
- ¿Qué estrategias utiliza para pasar tiempo de calidad con su familia a pesar de la apretada agenda?
Es complicado, cuando ejercía el periodismo en las calles y en los medios de comunicación, dejaba a la familia. Por ejemplo, en el caso de mi hijo mayor, no estuve en varios cumpleaños, también el de mi hijo menor y me perdí su bautizo. Recuerdo que, por cubrir la información de un presidente de la República que llegó para inaugurar una carretera vía a Juliaca tenía que viajar y falté a la ceremonia. Recién aparecí casi 7:00 u 8:00 de la noche. Son sacrificios del momento, pero que después sabes que tu pasión por el periodismo te ganó.
- ¿El estrés y responsabilidades laborales cómo las maneja para lograr un balance saludable con su familia?
El estrés no es tan fácil de controlar. Yo he tenido muchos problemas de estrés, en la época de la pandemia, enfrente dicho problema, la gente se moría y terminabas enfermo. En mi casa estaba delicado de salud y últimamente también, aunque no lo creas, parece que enfrentas algún problema interno, pero no, es el estrés que te conduce a muchas enfermedades. Pero hay que dosificar el tiempo para estar con la familia y contribuir con el trabajo de la enseñanza en la universidad.
- ¿Qué consejos daría a los estudiantes de la carrera y profesionales de periodismo cómo balancear la vida familiar?
Primero, si quiere ser periodista, dejar de lado muchas cosas e inclusive a la familia, no de manera total. Hay momentos en que uno se desvincula del entorno familiar para crecer. Segundo, concentrarse en lo que hace, para que la información salga precisa y directa al público, estar seguro al 100 % que la nota a sacar y no olvidar de lo importantísimo que es tamizar, jerarquizarla, cruzar fuentes, encontrar ángulos diferentes, originalidad y se diferencie de otros contenidos. Buscar notas más humanas, solidarias y sin dejar la original.
Perfil:
Egresado del Colegio Manuel Muñoz Najar, Robert Silva Fernández es Licenciado en Ciencias de la Educación y en Periodismo alcanzando el grado de Doctor en Comunicación y Desarrollo por la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. Su trayectoria incluye ser Decano del Colegio de Periodistas de Arequipa y del Bicentenario y actualmente es docente universitario en la escuela de Ciencias de la Comunicación, moldeando a futuros periodistas con un enfoque humanista. Lo que define a Robert Silva es su habilidad para equilibrar una carrera exigente con su amor por la familia. Casado y padre de tres hijos; Mario Robert Silva, quien ha seguido sus pasos en el campo de la comunicación, así como Jesús Miguel y Gabriela Rosemary, ellos son el motor de su perseverancia y tenacidad. A pesar de los desafíos, ha logrado mantener el equilibrio entre su pasión por el periodismo y el amor por su familia entrelazándolo con éxito, recordándonos que, en el corazón de un periodista dedicado, hay también un profundo amor y compromiso hacia quienes más importan.
