Por: Mario Ramos – Decano del Colegio de Periodistas de Apurímac.

Todos esperaban el humo blanco para saber quién sería el Papa este 2025, pero nadie imaginaba que el nuevo sumo pontífice, sería alguien que conoce la realidad de los pueblos profundos del Perú, un Papa que montó un caballo grauino, comió pan tambobambino y recorrió los serpenteantes caminos de la región Apurímac que se esgrimen como trazos agresivos de Dios. Tal es el caso del Papa León XIV quien en mayo de 2019 estuvo de visita pastoral por estas tierras.

Todo empezó cuando en el año 2018, el entonces Obispo de Chiclayo, Mons. Robert Francis Prevost, actual Papa León XIV, fue designado por el Papa Francisco como Administrador Apostólico de la Prelatura Territorial de Chuquibambilla, jurisdicción de las “provincias altas” de Cotabambas , Grau y Antabamba.

Su labor de pastor de la orden San Agustín, motivó que el Monseñor Prevost visitara personalmente el 17 y 18 mayo de 2019 la Prelatura de Chuquibambilla, para estar junto a sus hermanos que entregaron sus vidas para pregonar la fe católica en los pueblos alejados del país. Quienes estuvieron en ese momento, narran que llegó a Chuquibambilla para participar en la consagración episcopal de Mons. Edinson Edgardo Farfán Córdova, quien en ese entonces lideraba la Prelatura de Chuquibambilla, ya que se sabe que esta tiene dependencia del Obispado de Chiclayo.
La Prelatura de Chuquibambilla fue creada el 26 de abril de 1968 por el Papa Pablo VI, desmembrando las provincias de Antabamba, Cotabambas y Grau, de la Diócesis de Abancay (Apurímac) y entregada a los cuidados pastorales de los padres Agustinos italianos. La Prelatura es sufragánea de la Metropolitana del Cuzco.

EL VIAJE

Llegó por la ruta de Cusco, Abancay y Chuquibambilla, arribó para fortalecer el acompañamiento espiritual y organizativo en esta región andina del Perú. No sé mareó en el viaje y disfrutó de los paisajes del papel arrugado andino. Su papel fue fundamental para mantener viva la presencia de la Iglesia en comunidades campesinas y de difícil acceso.

Así lo recuerda el padre grauino Guillermo Vera quien estuvo presente en la reunión pastoral en Chuquibambilla en mayo de 2019. Nos cuenta que ya antes había llegado a Chuquibambilla, por la ruta de Tambobamba, visitó personalmente las parroquias del Prelado en anteriores misiones, incluso cuando era Superior General de Padres Agustinos.

Carismático, de semblante serio y profundo. El Papa León XIV hizo misa en la Iglesia de Chuquibambilla. Bendijo a los feligreses a los pies del Señor de Exaltación, Patrono de Chuquibambilla.

Los días en suelo grauíno, como se ven en las imágenes divulgadas, al sumo pontífice compartir un desayuno junto a seminaristas y hermanos de orden. Sonreír para la foto en plena Iglesia de Chuquibambilla, por eso el padre Vera dice que su sencillez trasciende, ya que después de su visita, hace dos años, cuando fue a Roma, tuvieron una larga conversación, e incluso le recibió con agrado el libro que escribió y el ahora Papa, siempre preguntó por sus hermanos de la Prelatura de Chuquibambilla.

“Lo recuerdo como un hombre de oración, inteligente, un hombre que se preocupa por los más pobres, eso vi en su trabajo pastoral que hizo en el Perú”, nos relata el padre grauino Guillermo Vera,

“Ha dado su vida durante 40 años, trabajó como formador de seminaristas en Chulucanas, fue Obispo de Chiclayo, fue Cardenal en Roma y ahora es el Papa, un buen destino para un gran hombre”, nos dice el padre.

Los grandes hombres recorrieron humildes lugares, al parecer ese fue el destino que Dios guardó al Papa León XIV. Este Papa que tiene el DNI peruano y es lógico que al Perú lo lleva en el alma y el corazón y esto lo evidenció en su primer mensaje a la comunidad cristiana mundial cuando fue anunciado como sucesor de Pedro en la tierra.

El padre Fredy López Villena, es otro sacerdote agustino que también estuvo en esa visita premonitoria. Lo recuerda como un hombre que conoció de cerca la realidad peruana, las carencias, las esperanzas y principalmente la labor de los sacerdotes agustinos que realizan en el Perú y principalmente Apurímac.

“Quedará en la historia decir a todos que llegó a Apurímac, como sacerdote, como Obispo y ahora va dirigir la iglesia universal y solo nos queda rezar por el santo padre, unidos en la fe”, refiere emocionado.

Es cierto, el representante de Pedro en la tierra, piso alguna vez tierra apurimeña. Nunca ocurrió algo así. El padre López, natural de Antabamba, dice que a Chuquibambilla, Apurímac, siempre lleva en la mente y el corazón. “Es un pastor que lleva el evangelio a todos los rincones del mundo, con humildad y con fe, es un ejemplo para todos», nos refiere.

Hace años el padre López, también visitó al ahora Papa, cuando era cardenal de Roma y cuando dialogaron siempre preguntó: “¿Cómo esta Chuquibambilla? ¿Cómo está trabajando el nuevo Obispo?… Siempre nos animó a trabajar y difundir la palabra de Dios en nuestros pueblos”, nos relata el sacerdote.

La relación del Papa León XIV con Apurímac, especialmente con las provincias altas, se evidencia en su rol como pastor durante su labor como administrador apostólico, así como por su pertenencia a la orden agustiniana, la misma congregación que ha acompañado a la parroquia local durante generaciones. Su ejemplo de cercanía y compromiso con las comunidades andinas deja una huella profunda en la historia de esta región. En la actualidad, el pueblo católico apurimeño expresa su agradecimiento por la presencia espiritual de quien sirvió con humildad y dedicación estas tierras, y que hoy lidera la Iglesia Universal como el Papa León XIV.