El 20 de julio de 1969, alrededor de las 4 de la tarde, el Apolo 11 despegó de Houston, Estados Unidos, a la luna. La nave llevaba un troquel con el que se elaborarían estampillas al retornar a la tierra para perennizar este significativo hecho para la humanidad. Allí viajaron los sueños del licenciado Antonio Ríos, quien recibió el timbre y hoy lo expone como una de sus mas preciadas joyas tras 55 años de aquella proeza histórica.
Antonio Ríos, quien dedicó más de 40 años, al periodismo en distintas facetas, militares y policiales, miembro reconocido del Colegio de Periodistas de Arequipa, cuenta que recibió en sus manos la estampilla lunar en diciembre de 1969, misma que fue elaborada con el troquel que llegó a la luna en el cohete de los astronautas Neil Armstrong, Michel Collins y Edwin Aldrin en el Apolo 11:
Narra «Yo soy de Cuzco y he estudiado allí, al frente del aeropuerto Alejandro Velasco Astete que estaba casi en el centro de la ciudad, y al frente estaba mi colegio. Nosotros escuchábamos todos los días los aviones que iban y venían, al aterrizar y despegar, pero cuando yo salía del colegio me venia al borde del aeropuerto, donde el avión se estaciona y queda listo para partir».
«Con esa influencia, tenía la sensación de volar, me ponía atrás del aeropuerto donde había solo una malla de púas, por la propulsión del avión el viento me botaba y me sentía en el aire, sentía que podía volar. Hice mi bicicleta con alas, era un niño, tendría unos 15 años y veía todas las cosas, en el aire, las estrellas… soñaba… quería salir al aire y el mes de junio de cada año, yo me escapaba de mi casa a los cerros, me llevaba rancho y regresaba con cañas que tienen el grosor de un lapicero, y no pesa nada» expone.
Detalla «Hacía como cinco viajes y traía bastante, cargado en mi espalda, y los amontonaba en mi casa. Así, en junio de año, me dedicaba a hacer cometas, elaboraba 100… 200… 300 cometas, y en agosto las ponía en venta. Al ver la cometa en el aire, me sentía en el espacio, empecé a leer a Julio Verne, sin saber que sus sueños se cumplirían más tarde».
«El hombre llego a la luna… ¡Luna! ¡Apolo! ¡Cohetes! ¡Wuaau! ¡Me imaginaba la luna! Llamaron voluntarios, mi hermano se presentó, pero yo con una radio que tenía de mis padres de marca Telefunken, escuchaba todo el recorrido» relata.
Recuerda «Había transmisiones en inglés y en castellano; “Hello, good mornig, we are here in United States! Today fly Apolo 11! This day 16th july, 4 oclock this is beginnig to fly! (Hola, buenos días, estamos aquí en Estados Unidos. Este día volará el Apolo 11, este 16 de julio a las 4 de la tarde, empezará a volar)».
«¡Va a comenzar el Apolo 11! Yo buscaba en cada emisora, hacían ruidos extraños, interferencia… había que sintonizar con el ojo verde que tiene. ”¡Señoras y señores estamos en Cabo Cañaveral, estamos ya en la cuenta regresiva, faltan sólo 10 horas!” Mi mente era un televisor. No teníamos televisión, si había era de una vecina a la que tenía que llevarle mantequilla, aceite… para que me deje ver, media hora había que prenderlo, entonces yo fascinado me pase 4 días, sentado alado del televisor, a lado de la radio escuchando y volando junto con ellos» refiere.
Prosigue “10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1… In this moment is beginning the flying of the Apolo 11! Armstrong, Collins and Aldrin! Wuau!” Estaban volando a la luna, mi imaginación también, se calculaba que su llegada sería el 20 de julio, que a la actualidad cumple más de 50 años».
“Señoras y señores, en el Apolo 11, en la cabina Águila, está yendo un cuño, si el hombre llega a la luna y retorna, en ese cuño vamos a imprimir estampillas históricas; sino llega… la historia lo dirá” sigue narrando.
Enfatiza “Pueden escribir a Cabo Cañaveral, a la dirección tal… Houston. Escribí, y seguí escuchando la radio; En este momento Armstrong va a poner un pie en la luna… el segundo paso, la narración era increíble, estaba plantando la bandera, yo lo estaba viviendo de inicio a fin como un niño».
Después en la transmisión de regreso; “Va a aterrizar en el Océano Pacifico… ya se encuentran en cuarentena, el hombre llegó a la luna la historia más grande de la humanidad”. Rusia en ese momento también disputaba la guerra fría, decía que era falso, al igual que Japón, todo el mundo quería llegar a la luna.
«Pasaron 6 meses y recibí la primera carta de mi vida, decía Carta para Antonio Ríos, ¡Era un sobrecito, de Estados Unidos!, ¡Mi nombre! Me sentía feliz porque me llegó la estampilla lunar. He hecho exposición de la estampilla solo tres veces, es un testimonio que lo que he tenido guardado bastante tiempo en el banco. De todas las que dieron, solamente han impreso un número determinado, y han ido a cada país una pequeña cantidad. He sido dichoso de obtenerla, tiene un alto costo para un coleccionista, para alguien que no conoce no vale nada, pero me la quedo yo porque es mi patrimonio. Cualquier estampilla en el mundo, te recorre 53 mil km el borde de la tierra, esta estampa fue de la tierra a la luna y regresó. He viajado a Washington por este motivo, por ir a conocer el Apolo 11. Me apasiona la astronomía. Es un documento histórico mundial, y un recuerdo inolvidable cuando volé junto a Armstrong, Collins y Aldrin, con 15 años, a la luna» finaliza.
*Alunizaje: Así fue como se designó el término, para referirse al acto de aterrizar una nave espacial en la superficie de la Luna.
Los astronautas Neil Armstrong, Michel Collins y Edwin Aldrin llegaron a la luna el 21 de julio de 1969.
Estampilla lunar que fue diseñada por el artista de la NASA Paul Calle fue emitido el 9 de setiembre de 1969.
El comandante Armstrong fue el primer ser humano que pisó la superficie del satélite terrestre el 21 de julio de 1969 a las 2:56 (hora internacional UTC)