Por: Jonathan Barcena/ Director de Asuntos Regionales CPP – CRA.

Cursaba el cuarto año de la carrera profesional de Ingeniería de Sistemas en la Universidad Nacional de San Agustín. Sus días universitarios pasaban entre la vorágine de computadoras y programaciones. Pero, Roberth no se sentía a gusto; extrañaba sus libros y escribir. Su sueño, ser un gran escritor.

Roberth Orihuela Quequezana a punto de graduarse, tomó la difícil decisión de abandonar su carrera y empezar a cumplir su sueño. Para él, escribir lo era todo.

Papá Hermes Orihuela, mamá Elva Quequezana, hermano Manuel Calcín Quequezana y hermana Gisbet Orihuela

Antes de ser periodista, trabajó de mozo, bartender, atendió en cabinas de internet y de a pocos hizo capital para postular nuevamente a la UNSA. Pero, esta vez a Periodismo, la ventana que le daría rienda suelta a su libertad literaria.

«Para mí, el periodismo es una manera de vivir, pasó el nivel de un simple trabajo. Sigo pensando que, es un oficio más que una profesión», señala el joven periodista que lleva algunos años en la difícil tarea de escribir para el público.

Considera que, el periodista aprende más en la «cancha» que en los propios claustros universitarios. Y sentencia que, el joven estudiante debe procurar buscar siempre la verdad.

Con sus amigos del colegio José Rodríguez Bustamante, en Aplao, anexo de Cosos.

Aunque sus padres rechazaron la idea de cambiar lo que, ellos consideraban una próspera carrera de ingeniero de sistemas, por escritos, no tardaron en comprender la vocación del segundo de sus hijos.

«Cuando ingresé a diario La República, luego a ganar becas y obtuve premios, mis padres se dieron cuenta que, sí se podía vivir del periodismo y desterraron esas ideas que ya todos conocemos (risas)», contó. Roberth es ganador del premio de excelencia periodística, en la categoría de periodismo sobre medio ambiente Roberto Eisenmann Jr. de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), por el reportaje de investigación Ríos muertos: cicatrices de la minería en el sur del Perú y fue finalista en la categoría Cobertura del premio Gabo -2023 por la serie de reportajes sobre los muertos que dejó las protestas contra el gobierno de Dina Boluarte entre diciembre del 2022 y marzo del 2023.

Su tenacidad y terquedad en olfatear la noticia lo llevaron a pasear su pluma por diversos medios de comunicación, hoy en día se desempeña como periodista independiente realizando investigaciones socioambientales.

Con su esposa Krisel, sus hijos Mikael e Italo y su abuelita.