OPINIÓN: YO PERIODISTA/El ADN mariano de la Blanca Ciudad
14 Ago, 2024

Por: María Antonieta Cuadros Ballón (*)

En tiempos en que la PALABRA empeñada, ha sufrido una gran devaluación, de manera especial por personajes que hacen de la política el arte del engaño, la fiesta que celebramos este 15 de agosto, es una invitación a no perder la esperanza y a cantar de alegría, porque nuestra ciudad, porque Arequipa y cada uno de sus hijos, nosotros, llevamos desde nuestro nacimiento, una distintito indeleble.

Sí, es el distintivo de los hijos de María de Nazareth, la joven judía que con un SI absoluto se entrega sin reservas al cumplimiento del proyecto que Dios le propone: ser su propia Madre y después la Madre de la humanidad, de todos los pueblos. Su Si sostenido hasta la Cruz y al nacimiento de la Iglesia, es la garantía de que el cielo es nuestra morada definitiva.

“Que se haga en mi según tu Palabra”, fue la respuesta confiada de esta muchachita fuerte bajo cuyo patrocinio nace la Ciudad Blanca hace 484 años. Más de cuatro siglos en los que Arequipa, en todo momento  siente el cuidado materno del cielo y por lo tanto esta llamada a responder en el mismo sentido.

Haber nacido un 15 de agosto, día en que nuestra Madre fue asunta al cielo, es motivo de gozo, de celebración profunda, que va más allá de los gratos momentos que nos regalan las muchas actividades organizadas y vividas con familiares, amigos y visitantes. A no dudarlo, el  ADN de los arequipeños, es mariano y es motivo suficiente para una celebración permanente; y más, para siempre.

Reconocernos hijos de María de la Asunción, de la joven nazarena cuya vida transcurrió entre la el dolor y la alegría, como nuestra propia existencia, es vivirla en clave de fe, de caridad y esperanza, traducidas en entrega y servicio sin límites. Es acoger la Palabra como ella lo hizo, guardar todas las cosas en el corazón y extender la mano siempre al que la necesita, es llevar al mundo entero a la fuente de la vida, que es Dios. Es proclamar con gratitud y alegría las maravillas que obra en quien a Él se dispone.

¿Imposible? No lo creo, basta mirar a nuestra Patroncita con los brazos extendidos al cielo invitándonos a creer en el infinito amor de Dios, que se hace tangible en cada uno de nuestros hermanos, de los arequipeños que por décadas han hecho de esta ciudad el lugar en el que muchos quieren vivir.

¿Imposible? No lo creo, porque a pesar de todo hay arequipeños comprometidos con su misión y vocación de servicio, como autoridades, padres de familia, profesionales, empleados, religiosos, etc., etc., etc. Esta es la forma de corresponder al patrocinio de nuestra Señora de la Asunción, manifestar nuestra FE con la propia vida, puesta al servicio de los demás, de la construcción de una sociedad cimentada en los valores evangélicos que garantizan nuestra felicidad. Porque si algo distingue a la ciudad y cada uno de sus hijos es la FE. Por eso…  ¡Felices 484 años de Fe, querida Arequipa!

(*) María Antonieta Cuadros Ballón, estudió periodismo en la Universidad Católica Santa María, conduce el programa “Solo para zanahorias” en Radio María Perú.

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