Sergio Medina Carpio, ha dedicado más de cinco décadas de su vida al periodismo, un camino que comenzó en su adolescencia, inspirado por el padre Carlos Pozzo SJ, en los Círculos Sociales Católicos de Arequipa (CIRCA); recorrido que lo llevó a trabajar, progresivamente, en radio, prensa y televisión.
El fallecimiento de su esposa, Evita Elena Arenas de Medina, en noviembre de 2023 marcó un punto de inflexión en su vida, llevándolo a explorar su faceta como escritor. En su «refugio» – una mediana sala y biblioteca – ubicada en su vivienda de Socabaya, ha escrito recientemente dos obras: «Guía Básica de Conducción Vehicular», basada en su experiencia como reportero de accidentes de tránsito, y «Andrea de Noviembre», un relato, acerca del clásico tema; deslinde entre el amor de pareja y la auténtica amistad.
Sergio Medina, expresa que el periodismo es su principal profesión, aunque también es relacionista Público e Industrial. El periodismo lo ejerce por vocación y, el arte de escribir, se ha convertido para él en un reto. La pérdida de su esposa Evita Elena, lo motivó para que dejara un legado, a través de libros y otros medios de comunicación físicos y virtuales.
¿Por qué eligió la carrera de periodismo?
Admito que el periodismo viene contigo, lo llevas en tus genes, por ello, no solo es vocación, sino se transforma en una pasión. Tuve una formación inicial religiosa, integraba un equipo de jóvenes estudiantes en los primeros años de secundaria, pertenecía a CIRCA (Círculos Sociales Católicos de Arequipa), institución fundada por el padre Carlos Pozzo, sacerdote jesuita, de nacionalidad italiana, quien impulsó el desarrollo de los pueblos jóvenes de Arequipa, en los años 60 y 70, época que llegó para apoyar la reconstrucción de la ciudad, luego de los terremotos de 1958 y 1960.
El religioso gestionaba recursos, de entidades internacionales; estableció como práctica social, la ayuda mutua, para construir postas médicas, albergues, capillas, escuelas y colegios. En otra arista de su labor, ponía énfasis en el marco formativo de los jóvenes, especialmente en el ámbito periodístico; me obsequió unos libros básicos de periodismo de su autoría: Periodismo y Cristianismo, Periodismo y Democracia, Periodismo y Marxismo y otros.
CIRCA, tenía un noticiario, vocero oficial de la institución, vía radio San Martín. el “Chasqui de pueblos jóvenes”, el padre, indicó que me probaran la voz y, luego de minuciosa evaluación, ingresé a conducir el informativo, yo, muy jovencito, cursaba el segundo año de secundaria. Cada sábado en las oficinas del templo de la Compañía, también nos dictaba cursos de periodismo escrito y radiofónico.
Recuerdo que me dijo “te sugiero que cuando termines la secundaria, ingreses a la universidad y elijas periodismo, relaciones públicas o alguna especialidad que fortalezca tus cualidades de comunicador”. Así lo hice. Paralelamente, ejercía periodismo escolar en mi colegio Independencia Americana, en el horario del recreo. El radio periódico, se llamaba “La voz del gimnasta independiente”, integrado mayormente por gimnastas. Todos éramos estudiantes que nos fascinaba la práctica deportiva.
¿También incursionó en prensa y periodismo televisivo?
El periodismo radiofónico, fue mi prioridad, sin embargo con el paso de los años, comencé a escribir, lo hice en condición de colaborador, en las columnas de opinión de los diarios “ Correo”, “Arequipa al día”, “El Pueblo”, “Noticias”, “Sin fronteras” . Finalmente en el 2006 – 2008, conduje un programa de televisión “Prisma” en canal 4, que difundía comentarios, entrevistas e información sobre el desarrollo agropecuario y minero. El objetivo medular consistía en respaldar la idea que la agricultura, puede desarrollarse con el respaldo de la minería, pero de la minería, socialmente responsable.
¿ Recuerda algún detalle, alguna anécdota de sus inicios ?
Empecé en los micrófonos, en el verano de 1969, justo, meses antes, de iniciar la secundaria. Fue en canal 6 de televisión, en el programa dominical “El mundo de los niños”, conducido por Lucho Cánepa Rodríguez. En su estructura había varias facetas; en una de ellas, conversando previamente con el productor Carlos Zegarra Páez, logramos una entrevista y presentación gimnástica, para promocionar esta disciplina. El productor y conductor, nos pedían que alguno del grupo narrara los ejercicios que presentábamos, por ejemplo, salto mortero, salto mortal, pirámide y otras especialidades de “ mano Libre”. Dije , yo voy a narrar la presentación del grupo. Fue la primera vez que tuve el honor de establecer una eterna amistad con el micrófono.
Luego, vino lo de la radio en San Martín; de ahí en 1974, recibí, emocionado, invitación de don Oscar Soto Solís, jefe de personal de radio Continental y canal 6 de televisión, para hacer locución comercial en su programa “ Mundo deportivo” y también para reemplazar a locutores titulares de radio y televisión, durante sus vacaciones. Allí conocí a mi amigo Raúl Llanos Calderón, con quien alternaba locución comercial en el programa de Don Oscar Soto. En esa época, Radio Continental, era una emisora potentísima, tenía tres transmisores, los que permitían que la señal sonora llegue a varios países de Latinoamérica.
¿Qué otras anécdotas recuerda más de sus experiencias periodísticas?
Tengo una, que escribí, hace poco, motivado por el fallecimiento de mi entrañable amigo y colega, Marco Calle Olivera. Con él ingresamos, en 1972, al equipo de periodistas, dirigido por Marcos Verapinto Zeballos, programa deportivo “Ovación en Arequipa”, filial del programa Ovación que dirigía Alfonso Pocho Rospigliosi en radio El Sol de Lima. Marco Calle era comentarista y al mismo tiempo relator, narraba todas las disciplinas deportivas. Un día, decidimos ir, por nuestra cuenta y riesgo, a traer información directa de un campeonato nacional de básquetbol, en Tacna. Solo contábamos con una chompa, una casaca, unos panes duros, y un cuarto de habas tostadas, esa fue toda nuestra alimentación para el torneo que duraba una semana. Queríamos ver hasta donde llegaba nuestra aventura, y ver cómo gestionábamos lo necesario para la aventura.
Un señor de apellido Campos, destacado ex boxeador, tenía su restaurante en Tacna, fuimos por recomendación de Don Jaime Escudero Linares, nos alojó en su vivienda, dormimos sobre unas maderas que nos provocaban un fortísimo dolor de huesos, en pleno invierno del 72. Los colegas de Tacna, durante las transmisiones del campeonato, nos decían «¡Allí llegan los señores jóvenes periodistas de Ovación, de Arequipa!» Suponían que habíamos viajado con viáticos, pero no era así. No teníamos ni para el café. Al término de la jornada, nos encontramos, en el paseo Bolognesi, con unos jóvenes chilenos, estaban ellos en una banca jugando ajedrez, y decidimos jugar con ellos.
Marco Calle jugaba mejor, duró tres horas y media la partida y, al final, la alegría fue grande cuando Marco, dio “ jaque mate”, los chilenos, nos dieron la mano, nos felicitaron y nos pagaron la apuesta, creo que 50 soles. Con ese dinero fuimos a buscar dónde comer, antes pasamos por una tienda; en el mostrador había un señor con ceño fruncido, no de buen carácter y mi amigo Marco le dice; Buenas tardes señor, ¿cuánto cuesta el pan de a sol cincuenta?, se amargó el señor, por la broma y, agarró un palo, nos sacó de ahí y le dije a Marco «¡Qué pasa compadre, estamos con las justas, quiero comer por lo menos un pan y tú le preguntas que cuánto cuesta el pan de sol cincuenta… Cómo se te ocurre!”, nos botó y soltamos las risotadas. Luego, entramos en un restaurante y nos dimos el banquete del año, huevo frito con arroz, porque para eso nomás nos alcanzaba. No habíamos comido en varios días.
Interesante, a través de sus experiencias, usted escribió libros…
Escribí muchos artículos periodísticos, sobre temática social, política, económica, etcétera; para radio, prensa y televisión. Tuve la oportunidad de hacer guiones – libretos técnicos y literarios – para dramatizaciones radiofónicas, fue en radio “San Martín”, “Concordia” y “Cultural Toquepala” Ahora, sigo escribiendo artículos periodísticos, vía internet, en redes sociales. Ah, también, en mi niñez y adolescencia, escribí cuentos y un poco de poesía; pero, libros, recién.
Me ocurrió algo sorprendente; fue muy duro para mi, el 22 de noviembre del año pasado, falleció mi esposa. Ella me impulsó a desarrollar otra arista intelectual, que voy a perfeccionar paulatinamente; es un atrevimiento de mi parte, quizás muy audaz, porque para escribir un poquito, requerimos leer muchísimo.
Es un reto que me he impuesto, por Evita, mi esposa. Su fallecimiento inesperado fue un duro golpe, fue lo más cruel que me ha podido suceder y, por ello, vine aquí, donde me ves, este es mi refugio, para escribir. Durante varios años de mi vida fui reportero, y llevaba información de accidentes de tránsito, y dije “Haré una guía de conducción vehicular”, no soy especialista, ni ingeniero de seguridad, pero busqué a quienes saben del tema y lo hice. El otro libro “Andrea de Noviembre” contiene una serie de relatos y temas donde mezclo la ficción con hechos reales.
Deseo escribir una novela que titule “Lenataví” en honor y gratitud a mi esposa, para honrar la promesa que le hice. En el tercer libro – es un cuento- que ya está en la Editorial, “De regreso a la cuchilla” tomo partes de mi vida de manera rápida, además incluyo el fallecimiento de mi esposa en mis textos, no lo digo, abiertamente, pero de modo sutil lo doy a conocer, sin perder el hilvá y esencia del cuento. En un tercer libro, también, incluyo, en algunos párrafos, el lenguaje propio del arequipeño de antaño, porque mucha gente joven, necesita conocer y mantener este legado de nuestros antepasados, el invaluable aporte lexicológico de Arequipa.
Mi esposa leía lo que yo escribía, me acompañaba casi siempre, en los últimos años, a veces, se reía de lo que redactaba, y me decía «tú eres un loco, pero, tienes mucha creatividad, ¿ por qué no te dedicas a escribir ?”. Escribí “Andrea de Noviembre”, le dediqué unas líneas de agradecimiento por impulsarme a iniciar esta arista de escritor, sin saber que, meses después, partiría a la dimensión celestial.
Comenzamos a trabajar motivados por eso, porque, había una semillita que Evita, mi esposa, descubrió en mí, “puedes agarrar ese ángulo también y no tengas temor, documéntate bien y hazlo” decía. Yo me propuse seguir adelante. La vida es muy frágil, lo colegas van falleciendo, es mejor hacer algo, por más sencillo e insignificante que sea, finalmente uno mismo resulta ser el mejor lector de lo escribes. Es un aporte para la posteridad, dejar algo…
Al principio señaló que este era su refugio…
Refugio, porque el hecho infausto de perder un ser querido, te conduce a algo. Quizás si no hubiera mi esposa Evita, yo, estaría haciendo otras cosas, pero, ahora, este es mi refugio, para disimular la pena y el dolor.
Todos los ambientes de la casa tienen su imagen, su aroma, sus palabras, sus bromas; nos casamos al terminar el colegio, fueron muchos años compartidos. Todo huele a ella, todo está con ella, y entonces vengo aquí, comienzo a escribir y digo; «En homenaje a ti, haré lo que me dijiste» y lo hago.
Perfil:
Sergio Antonio Medina Carpio, estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Católica Santa María, donde obtuvo la licenciatura en la profesión. Fue presidente de la Asociación de Locutores de Arequipa entre 1988 – 1990. Fue director – productor de estructuras programáticas periodísticas, culturales y musicales en radioemisoras: “San Martín”, “Continental”, “Concordia”, “Cultural Toquepala” y “Libertad”. Director y Conductor de Programa periodístico “Prisma” en Televisión Canal 4 Arequipa 2006 – 2008. Integró la Directiva del Colegio de Periodistas del Perú- Consejo Regional de Arequipa, en el cargo de Director de Relaciones Públicas y Comunicaciones, 2006 – 2008. Asimismo, es autor de libros como «Guía Básica de Conducción Vehicular – Manejo Defensivo y Educación Vial» y Andrea de Noviembre» relato sobre el deslinde del amor de pareja y la amistad.